Hoy nos han repartido en los otros dos centros, dos hemos estado en Sagrada Familia y otras dos en el CAF (Centro de Acogida Familiar). En el CAF, hemos estado con niños de 2 a 3 años realizando diversas actividades como leer cuentos, cantar, ponerles música para bailar, los hemos llevado al patio para que jueguen los de todas las clases juntas, etc. En estas actividades nosotras ayudamos principalmente a mantener el orden y la buena relación entre ellos, para que no se peleen y no se hagan daño que es algo bastante común en los niños de este centro. Hay un caso en concreto, de dos niñas de etnia gitana, que competían continuamente entre sí, tanto a la hora de jugar como a la hora de comer y siempre una dominaba a la otra; quitándole los juguetes e incluso la comida.

Para ir hasta el centro Sagrada Familia, nos ha tenido que acompañar la directora del centro, ya que, como ella misma ha dicho, está en el “poblado”. Es la peor zona de este barrio, ya que los traficantes están en plena calle, niños en edad escolar que están en la calle, hogueras, vandalismo… Allí hemos estado con bebés, ayudando a dormirlos y a darles de comer. Hemos observado en los propios bebés la cultura de sus familias, ya que algunos tenían el pelo teñido y los niños llevaban pendientes de oro desde tan temprana edad

Hay muchos aspectos que hoy nos han llamado la atención, como por ejemplo niños con problemas de interacción que no son excluidos, sino que los demás pequeños establecen relaciones sin tener en cuenta su origen ni su sexo.

También hemos podido darnos cuenta de cómo en un mes las relaciones de los niños han cambiado. Por ejemplo, niños que a principio de curso no hablaban y estaban más cohibidos, a lo largo de un mes se han ido soltando y ahora hablan y juegan con los demás. Otro aspecto que llama la atención es que tenían un pequeño perrito, que habían encontrado por la calle.

Respecto a las comidas, a los niños marroquíes que no pueden comer carne cerdo por su cultura, les dan pollo.

Una de las maestras del centro, nos dijo que cada niño paga según la renta de sus padres. Van desde los que pagan 70 euros, que es lo máximo, hasta otros que no pueden pagar nada